Diez consejos para enfrentar los desafíos del home-office en tiempos de languidez
"Para poder seguir, manteniendo una calidad de vida satisfactoria, es importante tener presente recursos y nuevas herramientas que nos ayuden a llevar el día a día y prevenir el estrés."
La segunda ola de Covid trajo consigo también una sensación que, tal como afirman los expertos, puede llegar a ser la emoción reinante en 2021: la languidez.
Se trata de un estado que no llega a ser de agotamiento ni de depresión. No está presente la alegría, ni el florecimiento. Por el contrario, predomina la monotonía, el hastío, una letanía sin rumbo, en la que resulta difícil la concentración y en la que debemos lidiar con bloqueos mentales y con la desmotivación.
“La pandemia se ha prolongado más de lo que todos esperábamos. Sin previo aviso, el año pasado debimos adaptarnos a un contexto muy complejo, en los que hubo que realizar cambios abruptos y adoptar nuevos hábitos. Con el paso del tiempo, se necesitan nuevas estrategias para hacer frente a un escenario que nos desafía a cada paso”, sostiene Ignacio Giménez Losano, co-fundador de Co-Being, una start-up creada hace más de un año para ofrecer a las empresas programas de bienestar corporativos.
“En el mundo del trabajo, el home-office fue una de las modalidades que permitió a muchas profesiones continuar desarrollando las tareas y mantener la actividad. Para poder seguir, sin afectar la productividad y manteniendo una calidad de vida satisfactoria, es importante tener presente recursos y nuevas herramientas que nos ayuden a llevar el día a día y prevenir el estrés”, agrega Emiliano Aguilar, co-fundador de Co-Being.
Con el fin de ayudar a surfear esta nueva ola de virtualidad de la mejor manera posible, el equipo de trabajo de Co-Being elaboró una guía con diez consejos útiles, para que las tareas remotas, en este segundo año de pandemia, puedan desarrollarse, lejos de la fatiga, y procurando el equilibrio y el bienestar.
1. Establecer horarios. El orden nos ayuda. Nos proporciona un esquema para facilitar la gestión y la planificación de nuestras tareas y responsabilidades. Intentar fijar horas para el trabajo, para las pausas, y para la vida familiar nos brinda un mapa que, permeable a los imprevistos que puedan surgir, nos sirve de sostén para organizarnos.
2. Procurar la comodidad. Trabajar de la manera más confortable posible tiene que ser una premisa a cumplir. No hay que descuidar la postura física al sentarnos y usar la computadora, la iluminación del lugar, ni el orden que nos rodea. Todo ayuda a generar un ambiente propicio para sentirnos bien. La buena música de fondo es una aliada para generarun entorno más armonioso.
3. Hacer una cosa a la vez. La atención puesta en varias cosas al mismo tiempo no favorece la productividad ni a la concentración. Tratar de ser consciente de cada momento y dedicarnos a realizar una tarea a la vez es un camino que nos lleva a ser más eficientes.
4. Evitar distracciones. El televisor de fondo, encendido todo el tiempo, o el uso compulsivo o intermitente de las redes sociales van en contra de la búsqueda de la concentración. Es importante elegir en qué momento queremos recibir información y estar actualizados.
5. Hacer pausas que tengan valor. Los recreos son importantes para establecer un corte entre tarea y tarea. Si dedicamos la pausa, a conectarnos con algo que nos guste, el beneficio es mayor. Podemos recargar la energía teniendo una conversación significativa con un amigo, escuchando nuestras canciones favoritas, leyendo pasajes de un libro que nos inspire, saliendo a caminar, realizando estiramientos, ejercicios de respiración o posturas de yoga que calman rápidamente nuestro sistema nervioso.
6. Atender a nuestro cuerpo: Una adecuada alimentación y una correcta hidratación son pilares básicos para que nuestro organismo funcione de manera apropiada. Más aún, en medio de una pandemia extendida como la que estamos viviendo, mantener el sistema inmunológico fuerte es una premisa que debemos atender y que nos ayuda a estar en equilibrio cada día.
7. Cuidar el diálogo interno. Preguntarnos “para qué”, y no “por qué” estamos atravesando esta situación tan compleja nos ayuda a tener pensamientos más constructivos. Nos puede ayudar a pensar en qué competencias y habilidades debemos desarrollar para enfrentar este escenario.
8. Pensar en red. Cuidar los vínculos con nuestros compañeros, jefes y colaboradores es un aspecto que nos lleva a cultivar la empatía y la cooperación. Todos estamos en el mismo barco de esta pandemia que modificó todos los aspectos de nuestra cotidianeidad. Ponerse en el lugar del otro nos brinda una perspectiva de mayor comprensión.
9. No descuidar la salud mental. La ansiedad, el estrés, el miedo son emociones que todos experimentamos desde que se desató la emergencia sanitaria. Si se experimentan en un nivel desmedido, debemos ocuparnos de canalizar los pensamientos negativos y exteriorizarlos. Tenemos que estar atentos a las señales y saber pedir ayuda.
10. No sobreexigirnos. Estamos atravesando un contexto inédito, en el que las circunstancias nos ponen a prueba cada día. Tenemos que saber que hemos demostrado un gran poder de adaptación y que estamos haciendo nuestro máximo esfuerzo. Si el resultado no fue el esperado, debemos ser compasivos con nosotros mismos, aprender de lo sucedido y predisponernos a dar lo mejor de nuestra parte, ante los próximos desafíos.